Cuando firmé el contrato de alquiler, tenía más ilusión que muebles. La casa estaba vacía, y mi cuenta bancaria también. 1.500 euros parecían insuficientes para todo lo necesario: cama, sofá, cocina funcional y un espejo. Sin embargo, fueron suficientes. No llené todo de golpe, pero elegí sabiamente. Lo importante no era tener mucho, sino las cosas correctas bien combinadas.
Las primeras semanas las pasé buscando en línea, v.comando mercadillos y preguntando a quienes se mudaban. Tomé decisiones lentas pero acertadas. Evité el catálogo y preferí piezas con carácter. Ahora, aunque la casa no está completamente terminada, las v.comas dicen que parece sacada de una revista. Nadie adivina el presupuesto. Algunos incluso preguntan por mi decorador de interiores.
Decorar con estilo por menos de 1500 euros
El salón comenzó con un sofá en oferta de Ikea. Pequeño, de dos plazas, en un gris cálido que no cansa. La mesa de centro era un palé de obra lijado y pintado de negro mate. La alfombra la encontré en Vinted: usada, pero en excelente estado, con un diseño geométrico que unifica el espacio. Con dos cojines y una lámpara de pie en oferta, logré armonía. ¿El gasto total? Menos de 500 euros.
Creatividad en el dormitorio
En la habitación, construir las mesitas de noche fue lo más divertido. Utilicé cajas de madera pintadas de blanco y patas de metal de Amazon, también como mini librerías. Compré la cama en un marketplace, con somier y colchón incluidos. La sorpresa fue la pared detrás del cabecero: apliqué papel tapiz adhesivo con una textura sutil. Era arriesgado, pero le dio personalidad al espacio.
Retos en la cocina
La cocina fue el mayor desafío. Conseguí un bloque base de segunda mano, lacado blanco y en buen estado. Lo monté yo misma y cambié las manijas por unas negras mate. Las estanterías de madera cruda con soportes de metal se convirtieron en el foco. Con menos de 50 euros, cubrí la encimera con adhesivos efecto mármol. Frascos de vidrio, dos plantas y una lámpara colgante completaron el diseño.
Pequeños cambios en el baño
En el baño, con 200 euros, hice elecciones prácticas. El mueble del lavabo era sencillo, cubierto con papel adhesivo mate. Recuperé un espejo de casa de mis padres, con marco de madera natural. Añadí dos ganchos de metal y una pequeña repisa.
Si algo he aprendido es que el resultado final no depende del gasto, sino de cómo combinas. Espejos grandes, colores neutros y una lámpara con carácter: pocos elementos bien elegidos elevan una habitación. No compré por llenar espacios, sino por crear equilibrio.
Muchos piensan que decorar con poco es conformarse. Yo creo lo contrario: es hacer elecciones conscientes. Tener poco dinero obliga a pensar, buscar mejor y tomarse el tiempo. Así se construye un hogar, no perfecto, pero que refleja a sus habitantes.
Como joven medio de comunicación independiente, Focoen:i necesita tu ayuda. Apóyanos siguiéndonos y marcándonos como favoritos en Google News. Gracias por tu apoyo.
