Diseñar y decorar un baño con estilo nórdico requiere balance entre funcionalidad y estética.
La sobriedad y elegancia del baño nórdico puede convertir este espacio en un refugio de tranquilidad y bienestar. Este estilo busca líneas claras, materiales naturales y tonos neutros, inspirado en la filosofía hygge, que celebra el confort y la felicidad en lo cotidiano. Esto lo hace idóneo para quienes desean un ambiente pacífico y acogedor.
Colores y materiales para un baño nórdico
La selección de colores y materiales es clave para lograr la atmósfera deseada. La paleta se centra en tonos claros y relajantes. El blanco es predominante, acompañado de beige, gris claro y crema, con posibles toques de azul o verde pastel.
Características esenciales de un baño nórdico
Estos colores, junto con la madera clara como el arce o el alerce, crean un espacio luminoso y amplio. La piedra clara como el travertino o el mármol aporta naturalidad y elegancia. La importancia de usar materiales naturales refleja la conexión con la naturaleza típica del estilo nórdico, haciendo el baño no solo estético, sino también acogedor.
Elección de sanitarios y revestimientos
En cuanto a sanitarios y revestimientos, busca la simpleza y funcionalidad sin sacrificar la estética. Los sanitarios se destacan por sus formas limpias y básicas, en tonos suaves que mantienen una atmósfera ligera y espaciosa. Lavabos sobre muebles de madera reciclada aportan calidez y personalidad, mientras que bañeras exentas o platos de ducha con mamparas de vidrio refuerzan la sensación de libertad.

Pisos y revestimientos en cerámica tradicional o gres porcelánico efecto madera en tonos claros ayudan a reflejar la luz natural, potenciando la sensación de amplitud y luminosidad.
Accesorios que marcan la diferencia
Por último, accesorios y muebles del baño nórdico son cruciales para añadir carácter y confort. La elección de mobiliario de madera, junto con textiles suaves y accesorios en materiales naturales, contribuye a crear una atmósfera acogedora y relajante.
Elementos decorativos minimalistas como plantas verdes o fotografías en blanco y negro añaden un toque personal sin sobrecargar el espacio. La iluminación, preferiblemente natural, pero apoyada en lámparas de vidrio opaco, es esencial para completar el entorno, transformando el baño en un verdadero santuario de bienestar.
Con estos consejos, es posible convertir el baño en un rincón de paraíso escandinavo, donde relajarse y renovarse se convierte en una experiencia diaria.
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