Exploramos en detalle el calefacción por infrarrojos, sus características, funcionamiento, precios y los beneficios que ofrece frente a las soluciones tradicionales.
La calefacción por infrarrojos se presenta como una alternativa eficaz al sistema de gas. Permite calentar el hogar optimizando los costos comparados con el clásico uso de radiadores.
Esta guía está destinada a quienes buscan una manera ecológica para calentar su casa.
¿Cómo funciona la calefacción por infrarrojos y por qué elegirla?
La calefacción por infrarrojos se ha convertido en una opción popular. Veamos sus mecanismos, pros y contras.
Funcionamiento y tipos de calefacción por infrarrojos
Este tipo de calefacción utiliza energía eléctrica. Se presenta en forma de paneles que puedes colocar en paredes, techos o suelos. También existen modelos para instalar en zócalos o como suelo radiante.
La clave de este sistema radica en su capacidad para ahorrar energía. Emite calor que se transfiere directamente a superficies y cuerpos, no al aire.
Consumo energético y costes de la calefacción por infrarrojos
El consumo varía según su potencia, que puede alcanzar hasta 800W. La factura eléctrica dependerá del contrato con tu proveedor.
Utilizar un panel para una sola habitación puede costar pocos euros al día. Sin embargo, si deseas calentar toda la casa, el coste aumenta significativamente.
Una solución es conectarlos a un sistema fotovoltaico, aprovechando la energía solar para un consumo más sostenible.
Precios y ubicación de los paneles de infrarrojos
El precio de estos paneles varía según el modelo y la potencia. Algunos cuestan desde 50 euros, pero los de alta gama pueden superar los 1.200 euros.
Existen dos tipos de paneles: los ocultos, para instalar en paredes o techos, y los visibles, que puedes colocar en cualquier habitación con un enchufe eléctrico.
- Paneles que decoran, como espejos o toalleros.
- Paneles con imágenes, que parecen cuadros.
Ventajas y desventajas
Los beneficios son numerosos. Los paneles móviles son fáciles de mover, ofrecen calor constante y reducen el consumo energético. Además, previenen la aparición de moho y humedad.
En casas domotizadas, puedes controlar el sistema a distancia. No emiten olores ni ruidos, y se calientan rápidamente.
Sin embargo, el coste inicial es alto. En casas sin buen aislamiento térmico, se desperdicia energía. En hogares grandes o con mucho mobiliario, la eficiencia puede ser menor.
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