El minimalismo en el hogar da paso a una explosión de color: el estilo bohemio, también conocido como gipsy, está ganando cada vez más adeptos. Este estilo, con sus elementos característicos, logra crear una atmósfera mágica y vibrante.
Durante mucho tiempo, el minimalismo dominó la decoración en los hogares. Sin embargo, este enfoque no siempre reflejaba la personalidad de quienes prefieren ambientes llenos de vida y color. Las tendencias de años pasados llevaron incluso a los más apasionados por la expresividad a adoptar un orden a veces poco natural.
Las viviendas se volvieron sobrias y austeras, influenciadas por la inspiración nórdica que se llevó al extremo. Sin colores que capturen realmente la atención, ni accesorios que se salgan de lo convencional. Esto, aunque ofrece un orden muy apreciado, ha alejado la fantasía necesaria incluso en el diseño.
Para aquellos que siempre se han identificado con un espíritu libre, este es el momento perfecto para transformar el hogar en un pequeño rincón bohemio. La inspiración gitana toma el protagonismo, llenando todo con su desorden encantador, que irradia alegría, libertad y diversión. ¿Cómo se logra esto? Con unos pocos elementos clave.
Elementos esenciales para un estilo gipsy en casa
Algunas personas necesitan orden para sentirse cómodas. Otras, en cambio, sufren en ambientes minimalistas. Para estos últimos, es una gran noticia saber que la inspiración gipsy está lista para revolucionarlo todo con su energía. Con tan solo algunos detalles, tu hogar puede convertirse en un torbellino de colores y emociones, evocando viajes y descubrimientos atemporales.
Colores vibrantes: la paleta gipsy que necesitas
El estilo gipsy se caracteriza por colores intensos y vibrantes, que se extienden por los textiles y pueden inundar también paredes y muebles. Colores como el violeta, rojo, amarillo, fucsia, verde y naranja se combinan sin miedo, mejor aún si se presentan en patrones extravagantes. El equilibrio se logra mezclando elementos vintage y étnicos, presentes en estampados y pequeños complementos decorativos.
Decoración audaz y combinaciones creativas
Las paredes deben exhibir marcos pesados y llamativos, preferiblemente dorados. Sobre los muebles, destacan objetos barrocos, recipientes luminosos y estatuillas metálicas. Este lujo desenfrenado se suaviza con elementos reciclados creativos, como jarrones hechos de tarros de vidrio o cajas de lata encontradas aquí y allá.
Inspírate en los años 70 para un toque final
La alegría gipsy también se refleja en elementos decorativos de los años 70, como cortinas llamativas y originales que, sin lugar a dudas, añadirán carácter. No olvides los tapetes de formas creativas y colores peculiares. Aunque el “demasiado” intencionado predomina, el caos debe estar controlado. La habitación debe mantenerse ordenada y cuidada, con un desorden que no parezca casual. Un último consejo: despídete de las luces brillantes. En su lugar, elige puntos de luz cálidos, como lámparas de tono amarillento o, idealmente, velas aromáticas repartidas estratégicamente.
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