A todos nos pasa: llega la factura y te preguntas si estás alimentando una nave espacial. Luego analizas, buscas culpables. Muchas veces piensas en los electrodomésticos, cuánto consumen, cuál es mejor comprar. El refrigerador suele ser el primer sospechoso. Tiene sentido, ya que funciona las 24 horas. Pero rara vez consideramos dónde lo hemos colocado. Ahí podría estar la causa del gasto elevado.
Ubicación incorrecta: el enemigo oculto del consumo
No se trata solo de eficiencia energética o de la antigüedad del frigorífico. La posición en casa es crucial. Un simple error al colocarlo puede hacer que trabaje el doble para mantener la temperatura. Sin darnos cuenta, lo ponemos a trabajar horas extras. A fin de mes, esos pequeños esfuerzos se suman. Entender por qué ocurre y cómo evitarlo puede marcar la diferencia.
Errores comunes al colocar tu refrigerador
No lo pensamos mucho, pero la ubicación del refrigerador importa. No basta con elegir un modelo moderno. Si lo pones demasiado cerca de la pared, no tiene ventilación. El calor no puede salir, y el refrigerador trabaja más. Esto se refleja en la factura mensual. Un mueble muy ajustado o un espacio reducido tendrá el mismo efecto. Necesita al menos 5 cm de espacio libre.
Aparatos que aumentan el consumo
Otro error frecuente: colocar el refrigerador cerca del horno o lavavajillas. Ambos generan calor. Tal vez te parezca conveniente tenerlos juntos, pero para el refrigerador es un problema. Recibe calor cada vez que usas uno de esos aparatos. Así, necesita enfriar más de lo necesario, aumentando el consumo.
Consejos adicionales para un consumo eficiente
Además, cómo organizas los alimentos también influye. Si todo está apretado, el aire frío no circula bien. Las zonas calientes permanecen, y el motor se activa más para compensar. Abrir la puerta muchas veces al día tampoco ayuda. Cada vez que lo haces, entra aire caliente, obligando al refrigerador a trabajar más.
- Considera el estado de la goma de la puerta. Si está dañada, el frío se escapa. Aunque no lo sientas, el refrigerador lo nota. Trabaja más para mantener la temperatura.
- Finalmente, la clase energética es vital. Un modelo antiguo consume mucho más. Un refrigerador de clase A, mejor aún A+++, ahorra hasta un 60% en comparación con uno básico. Pero incluso el mejor modelo, mal colocado o mal usado, consumirá más.
Por lo tanto, elegir un buen modelo es importante, pero también usarlo correctamente. Con pequeños cambios, puedes reducir el consumo energético y ahorrar en la factura mensual.
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