Los colores ideales para cada habitación según la psicología: ¡el número 3 te sorprenderá!

Los colores tienen un gran impacto en la mente humana. Por eso, al planear pintar nuestra casa, es vital dedicar tiempo a elegir colores ideales para cada habitación según la psicología.

Seguramente has sentido el efecto de un color apenas ingresas a una habitación. Un color vibrante te llena de energía, mientras un color frío te calma. En cambio, un tono ácido puede generar cierto malestar.

Esto es completamente normal. Los colores afectan nuestro estado de ánimo, como lo explica la cromoterapia, que emplea colores para restaurar el equilibrio emocional. Si te interesa este tema, veamos qué colores convienen en cada espacio del hogar, según la psicología.

Cómo seleccionar colores para tu hogar según la psicología

Existe una conexión entre los colores y nuestra personalidad. Todos los días escogemos el color de nuestra ropa no solo porque nos gusta, sino porque nos hace sentir bien, confiados, cómodos. Al igual que en casa, elegir colores para las paredes resulta crucial.

El color es esencialmente luz, vibrando según su tono. Así, cada entorno puede beneficiarse de una tonalidad específica, influyendo tanto en el sistema visual como en el psicológico.

Color y personalidad: impacto en cada habitación

Elegir colores es una decisión personal. No existe una regla única, pues cada individuo tiene experiencias distintas. Sin embargo, podemos explorar algunas curiosidades sobre los colores en las habitaciones y su efecto psicológico.

Sala de estar: tonos cálidos y acogedores

En la sala, los colores cálidos son ideales. Ofrecen estímulo y aumentan la sensación de alegría y hospitalidad. Colores como rosa, rojo y lila destacan en este espacio.

Dormitorio: busca la tranquilidad

En el dormitorio buscamos relajación y sueño reparador. Por tanto, debemos optar por colores fríos, que calman y relajan, como el azul en todas sus variantes, el verde y el violeta.

Cocina: colores que animan el apetito

En la cocina, los colores alegres son los mejores. Actúan sobre el metabolismo. Tonos como amarillo y naranja, conocidos por estimular el apetito y fomentar la convivencia, son ideales.